LOS SUEÑOS DEL PAPA PARA LA AMAZONIA

Autor: José Juan García

Índice

1.         Introducción

2.         El sueño social: la Iglesia al lado de los que sufren

3.         El sueño cultural: cuidar el poliedro amazónico

4.         El sueño ecológico: un sueño hecho de agua

5.         El sueño eclesial: una Iglesia con rostro amazónico

6.         Reflexión Final

7.         Bibliografía y notas

 

1.         Introducción

 

El pasado 2 de febrero de 2020, fiesta de la Presentación del Señor y en el séptimo de su pontificado, Francisco nos ha regalado la Exhortación Apostólica Postsinodal Querida Amazonia. Está dirigida al entero pueblo de Dios que anuncia y camina los senderos del Evangelio y a todos los hombres de buena voluntad que miran con preocupación el presente y futuro de la Casa común. Allí comparte sus expectativas, sus “Sueños para la Amazonia”, cuyo destino debe preocupar a todos, porque esta tierra también es “nuestra” y hay que admirarla como un misterio sagrado. Recordemos que Amazonia es un espacio geográfico y cultural interconectado, una totalidad multinacional, un bioma que toma parte de nueve países: Brasil –con el 60 % aproximadamente del total de superficie- Bolivia, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surename, Venezuela y Guyana Francesa.

Este documento de semejante importancia magisterial se presenta explícitamente como un texto que acompaña a otro, a saber, el documento final del Sínodo, titulado Amazonia: Nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral.

El papa desea afirmar de inmediato una postura, la de la escucha y del discernimiento. Escribe que ha escuchado las intervenciones durante el Sínodo y que ha leído con interés las aportaciones de los círculos menores. Afirma: «Con esta exhortación quiero expresar las resonancias que ha provocado en mí este camino de diálogo y discernimiento. No desarrollaré aquí todas las cuestiones abundantemente expuestas en el documento conclusivo. No pretendo ni reemplazarlo ni repetirlo. Solo deseo aportar un breve marco de reflexión que encarne en la realidad amazónica una síntesis de algunas grandes preocupaciones que ya expresé en mis documentos anteriores y que ayude y oriente a una armoniosa, creativa y fructífera recepción de todo el camino sinodal» (n. 2).

Por tanto, la exhortación no supera el documento final ni tiene la intención de ponerle su sello. Francisco lo asume y acompaña, conduciendo su recepción dentro de los trabajos sinodales. El papa se expresa porque quiere impulsar el proceso sinodal. Su objetivo es invitar a una lectura completa para que este enriquezca, desafíe e inspire a la Iglesia: estos son, precisamente, los tres verbos utilizados por el papa.

Con esta exhortación, el ministerio petrino se pone claramente de manifiesto en su dimensión de ministerio de acompañamiento y de discernimiento. El Sínodo se afirma como una realidad fundamental en la vida de la Iglesia que tiene un tiempo de preparación, un evento central y un proceso postsinodal de implementación en el cual se inserta la exhortación. De forma clara, la aportación de Francisco quiere contribuir a la reflexión sobre la relación entre primado y sinodalidad. No olvidemos que, podríamos decir, con Francisco se ha dado inicio al término de la eurocentralidad eclesial.

Escuchar es clave. La exhortación expresa la consciencia de que el Sínodo fue un lugar en el que resonaron historias de vida que trataron los problemas no de manera teórica, sino forma de experiencias. Como se ha dicho varias veces, el Sínodo no es un congreso ni un parlamento. Como escribe el papa, en él «han colaborado tantas personas que conocen mejor que yo y que la curia romana la problemática de la Amazonia, porque viven en ella, la sufren y la aman con pasión» (n. 3). Con claridad aparece también la actitud propia de la escucha de quien posee la sabiduría de la vida.

Señala Antonio Spadaro en su interesante artículo[1] que en Querida Amazonia se traduce la mirada contemplativa a través de la poesía. Esta exhortación está entretejida de citas poéticas porque la poesía custodia el sentido y lo toma —especialmente en este caso— de manera peculiar a partir de la experiencia. El papa lo considera indispensable, y es así como cita en su discurso a no menos de dieciséis escritores y poetas, en buena parte amazónicos y populares: Ana Varela, Jorge Vega Márquez, Alberto Araújo, Ramón Iribertegui, Yana Lucila Lema, Evaristo de Miranda, Juan Carlos Galeano, Javier Yglesias, Mario Vargas Llosa, Euclides de Cunha, Pablo Neruda, Amadeu Thiago de Mello, Vinícius de Moraes, Harald Sioli, Sui Yun, Pedro Casaldáliga.

En ese sentido, junto a las historias y a los testimonios, el papa incluye como parte del texto magisterial el logos poético y simbólico. Entre realidad, pensamiento y visión poética no parece haber hiatos. En efecto, algunas cosas —por ejemplo, la noción de «calidad de vida»— solo pueden comprenderse «dentro del mundo de símbolos y hábitos propios de cada grupo humano» (n. 40), símbolos y hábitos que poseen la capacidad de generar conexión. Además, la Amazonia «se convirtió en fuente de inspiración artística, literaria, musical, cultural» (n. 35). Las diversas artes y, sobre todo, la poesía, se han dejado inspirar por el agua, por la jungla, por la vida, así como por la diversidad cultural y por los desafíos ecológicos y sociales

Allí el Papa expresa “cuatro grandes sueños”. Realizamos una presentación simple y acotada de sus contenidos.

 

  1. 2.      El sueño social: la Iglesia al lado de los que sufren

 

El primer capítulo de Querida Amazonia se centra en el “Sueño social”. Destaca que un verdadero planteo ecológico es también un “planteo social”. Hay una larga historia de vejámenes. En tonos vibrantes, habla de “injusticia y crimen”. Con frecuencia las industrias de la madera han ingresado a la selva para explotarla de modo incorrecto. Recuerda el documento que Benedicto XVI en 2007, ya había denunciado “la devastación ambiental de la Amazonia y las amenazas a la dignidad humana de sus pueblos”. Estos pueblos originarios, advierte, sufren el “sometimiento” tanto de los poderes locales como de los externos. No pocas veces, dichos pueblos están obligados a abandonar sus espacios y viviendas, para terminar en las periferias de las grandes ciudades. Las poblaciones indígenas se han visto a menudo impotentes frente a la destrucción del medioambiente natural que les permitía alimentarse, curarse, sobrevivir y preservar un estilo de «vida buena» y una cultura que les daba identidad y significado.

Y el grito que asciende desde las selvas se transforma en un grito urbano. En efecto, los intereses económicos han provocado y alentado los movimientos migratorios de las poblaciones indígenas hacia las periferias de las grandes ciudades, que se caracterizan por grandes desigualdades. 

Y con Juan Pablo II, la Exhortación reitera que la globalización no debe convertirse en un nuevo colonialismo.

 

  1. 3.      El sueño cultural: cuidar el poliedro amazónico

 

El segundo capítulo está dedicado al “Sueño cultural”. Francisco deja claro que promover la Amazonia no significa “colonizarla culturalmente”. Así, utiliza una imagen que le es muy próxima: “el poliedro amazónico”. La palabra poliedro viene del griego clásico πολύεδρον (polyedron), de la raíz πολύς (polys), «muchas» y de έδρα (edra), «base», «asiento», «cara». Así es de rica la Amazonia. “En Amazonia viven mucho pueblos y nacionalidades, y más de 110 pueblos indígenas en estado aislamiento voluntario” (QA 29) Es necesario luchar contra la colonización postmoderna. Con la creciente presión sobre los recursos naturales por parte de las empresas extractivas y los grandes proyectos impuestos en la Amazonia, son invadidos los lugares más distantes y remotos de la selva. Quedan cada vez menos espacios vírgenes donde estos pueblos puedan refugiarse y vivir tranquilos, con plena libertad y garantía de sus derechos ancestrales. Hay más de 110 pueblos indígenas en estado de aislamiento voluntario y no han de ser vistos como salvajes incivilizados.

Se da en Amazonia la dialéctica entre selva y ciudad. En la región amazónica existe una realidad multiétnica y multicultural. Dentro de cada cultura los pueblos han construido y reconstruido su visión del mundo y de su futuro. En las culturas y en los pueblos indígenas, antiguas prácticas e interpretaciones míticas coexisten con las tecnologías y los desafíos modernos.

Francisco expresa la necesidad de que la Amazonia sea promovida sin «invasiones» y desarraigos.

 

Para Francisco es urgente “cuidar las raíces”. Sólo así pueden florecer y crecer las culturas autóctonas. Citando a Laudato si’ y Christus vivit, subraya que la visión consumista del ser humano tiende a “homogeneizar las culturas” y esto repercute especialmente en los jóvenes. A ellos, el Papa les pide hacerse cargo de las raíces, que “recuperen la memoria dañada”. La diversidad cultural no es una frontera sino un puente comunicante. Vendría al caso citar el artículo de Juan Carlos Scanonne donde desarrolla la idea de las “experiencias de salvación comunitaria”: pobres que actúan como focos de “conciencia” para otros –pobres y no pobres- en su cultura y sabiduría de la vida populares, focos en los que muchos se reconocen  y sirven de orientación para sus actitudes y conductas[2]. “Cuidando las raíces” se puede soñar en nuevos paradigmas superadores del actual, causa de la crisis. Por tanto, el diálogo entre selva y ciudad es indispensable. Y así lo es también entre indígenas y no indígenas, aunque el riesgo de ser arrollados por las invasiones culturales es fuerte. Pero lo que debe prevalecer es el «sentido de corresponsabilidad 

 

  1. 4.      El sueño ecológico: un sueño hecho de agua

 

El tercer capítulo, “Un Sueño Ecológico”, es el que se relaciona más inmediatamente con la Encíclica Laudato si’. En la introducción se destaca que en la Amazonia existe una estrecha relación del ser humano con la naturaleza. El cuidado de nuestros hermanos como el Señor nos cuida, es la primera ecología que necesitamos. El cuidado del medio ambiente y el cuidado de los pobres son inseparables. Francisco, entonces, vuelca su atención al “sueño hecho de agua” . Cita al chileno premio Nobel de Literatura Pablo Neruda en el n 44 y a otros poetas locales sobre la fuerza y la belleza del río Amazonas, padre de las fecundidades. Con sus poemas, escribe el Papa, “nos ayudan a liberarnos del paradigma tecnocrático y consumista que destroza la naturaleza”. Todo desarrollo ha de ser siempre sostenible. Para las poblaciones amazónicas, «abusar de la naturaleza es abusar de los ancestros, de los hermanos y hermanas, de la creación, y del Creador, hipotecando el futuro» (n. 42). El daño infligido a la naturaleza y la explotación de la tierra hieren. «La tierra tiene sangre y se está desangrando, las multinacionales le han cortado las venas a nuestra Madre tierra» (ibíd.), escribe eficazmente Francisco. Si entendemos el medioambiente simplemente como «recurso» se corre el riesgo de hacer peligrar la visión del medioambiente como «casa» (cf. n. 48).

Gestionar el territorio de manera sostenible. Francisco pide no ser ingenuos y tener bien presente que, aparte de los intereses económicos de los emprendedores y de los políticos locales, hay también enormes intereses económicos internacionales. Los ataques a la naturaleza tienen consecuencias para la vida de los pueblos: desde los megaproyectos no sostenibles (proyectos hidroeléctricos, concesiones forestales, desmonte masivo, monocultivos, infraestructuras viarias, infraestructuras hídricas, ferrocarriles, proyectos de minería y petrolíferos) hasta la contaminación causada por la industria extractiva y por los vertederos urbanos.

En el Sínodo no se tuvo la intención de decir que la Iglesia esté contra los proyectos de modernización positiva e inclusiva. Pero, sin duda, la Iglesia ha tomado plena conciencia de que para su doctrina social es hoy muy importante la defensa del planeta, y de que esa doctrina va en ruta de colisión con intereses políticos y económicos apoyados por la complicidad de algunos gobernantes y también de algunas autoridades indígenas.

 

La solución, por lo tanto, no es la “internacionalización” de la Amazonia, sino que para una adecuada gestión, debe crecer la responsabilidad de los gobiernos nacionales. El desarrollo sostenible, continúa, requiere que los habitantes estén siempre informados sobre los proyectos que les conciernen y espera la creación de “un sistema normativo” con “límites infranqueables”. Así, invita a la “Profecía de la contemplación”. Escuchando a los pueblos originarios, subraya, podemos amar  la Amazonia y no solo utilizarla.

 

           

  1. 5.      El sueño eclesial: una Iglesia con rostro amazónico

 

El último capítulo, el más contundente, está dedicado más directamente a los pastores y fieles católicos y se centra en el “Sueño eclesial”. El Papa invita a desarrollar una Iglesia con rostro amazónico a través de un gran anuncio misionero. No basta con llevar un mensaje social. Estos pueblos tienen “derecho al anuncio del Evangelio”, de lo contrario “cada estructura eclesial se convertirá” en una ONG.

“Querida Amazonia” habla de la “inculturación” como un proceso que lleva a la plenitud a la luz del Evangelio, lo bueno que ya existe en las culturas amazónicas. La palabra clave es «inculturación». La palabra clave del sueño eclesial es «inculturación». Francisco la repite una veintena de veces. Al anunciar siempre de nuevo el kerigma, la Iglesia «siempre reconfigura su propia identidad en escucha y diálogo con las personas, realidades e historias de su territorio» (n. 66). Francisco pone en nota al pie una clara referencia a la constitución Gaudium et spes (n. 44) del Concilio Vaticano II. Solo una Iglesia misionera inserta e inculturada conducirá al nacimiento de Iglesias particulares autóctonas, con rostro y corazón amazónicos, arraigadas en las culturas y tradiciones propias de los pueblos,

Los valores presentes en las comunidades originarias, deben ser recogidos y llevados a plenitud en la evangelización. Dicha inculturación debe tener un “perfume marcadamente social” y debe integrarse con la dimensión espiritual.

Francisco destaca que “es posible recoger de alguna manera un símbolo indígena sin calificarlo necesariamente de idolatría”. Se puede valorar, un signo “cargado de sentido espiritual” sin considerarlo necesariamente “un error pagano”. Lo mismo se aplica a algunas fiestas religiosas que, aunque requieren un proceso de purificación, “contienen un significado sagrado”. Como se puede apreciar, una mirada que aprecia lo culturalmente significativo para los pueblos originarios.

Francisco ofrece un importantísimo criterio de discernimiento pastoral que referimos aquí en su integridad: «Un misionero de alma trata de descubrir qué inquietudes legítimas buscan un cauce en manifestaciones religiosas a veces imperfectas, parciales o equivocadas, e intenta responder desde una espiritualidad inculturada» (n 79).

Y prosigue con precisión: «Será sin duda una espiritualidad centrada en el único Dios y Señor, pero al mismo tiempo capaz de entrar en contacto con las necesidades cotidianas de las personas que procuran una vida digna, que quieren disfrutar de las cosas bellas de la existencia, encontrar la paz y la armonía, resolver las crisis familiares, curar sus enfermedades, ver a sus hijos crecer felices. El peor peligro sería alejarlos del encuentro con Cristo por presentarlo como un enemigo del gozo, o como alguien indiferente ante las búsquedas y las angustias humanas. Hoy es indispensable mostrar que la santidad no deja a las personas sin “fuerzas, vida o alegría”» (n. 80).

El capítulo IV termina con el tema de la “Convivencia ecuménica e interreligiosa”. El Papa invita a los creyentes a encontrar espacios para actuar juntos por el bien común. ¿Cómo no orar juntos y trabajar codo a codo para defender a los pobres de la Amazonia?

 

  1. 6.      Reflexión Final

El Episcopado Latinoamericano y del Caribe, reunido en Aparecida (2007) reconocía la humanidad y la buena madera de los pueblos amazónicos, dispuestos a compartir en igualdad de condiciones, sin supremacía, sus riquezas culturales y celebrativas con los demás pueblos originarios. De esta constatación se hace eco el Papa diciendo que “en la Amazonia, aun entre los diversos pueblos originarios, es posible desarrollar «relaciones interculturales donde la diversidad no significa amenaza, no justifica jerarquías de poder de unos sobre otros, sino diálogo desde visiones culturales diferentes, de celebración, de interrelación y de reavivamiento de la esperanza»” [Documento Aparecida, 97]” (n. 38).

El Papa supone que “la economía globalizada daña sin pudor la riqueza humana, social y cultural” (n. 39). Más que un supuesto, pienso, es la experiencia de nuestro mundo globalizado, donde la economía no está al servicio de las personas, sino al servicio del capital insaciable. A ello añade las migraciones forzadas que rompen las familias, portadoras de valores y culturas. Y los medios de comunicación de masas que hablan el lenguaje de los colonizadores, e intentan imponer una determinada cultura. Ante el hecho de “culturas amenazadas y pueblos en riesgo”, Francisco apoya la propuesta del Documento preparatorio del Sínodo: “promover para los pueblos originarios «comunicaciones alternativas desde sus propias lenguas y culturas» y que «los propios sujetos indígenas se hagan presentes en los medios de comunicación ya existentes» [Instrumentum laboris, 123, e]” (n. 39).

Leamos Querida Amazonia con toda simpatía. Es una proyección sabia y adaptada de Laudato Si´ para nuestros pueblos. Todo un desafío.

 

  1. Bibliografía y notas

 

-SCANONNE, J. C., “Experiencias de salvación comunitaria según Laudato Si´” en Laudato Si´. Lecturas desde América Latina. Desarrollo, exclusión social y ecología integral, ed. Ciccus, Bs. As, 2017.

-SPADARO, A., “Comentario a la Exhortación apostólica del papa Francisco Querida Amazonia” en La Civiltá Cattolica Iberoamericana, 23-02-2020.



[1] SPADARO, A., “Comentario a la Exhortación apostólica del papa Francisco Querida Amazonia” en La Civiltá Cattolica Iberoamericana, 23-02-2020.

[2] SCANONNE, J. C., “Experiencias de salvación comunitaria según Laudato Si´” en Laudato Si´. Lecturas desde América Latina. Desarrollo, exclusión social y ecología integral, ed. Ciccus, Bs. As, 2017, pág. 35.

Última modificación: Monday, 6 de July de 2020, 13:42