SANGRE DE CORDÓN UMBILICAL

Autora: Mónica López Barahona

ÍNDICE:

1. Introducción
2. Uso de células troncales
3. Distintos tipos de Bancos
4. Beneficios y Límites
Bibliografía
 
 

1.  Introducción
La recogida de la sangre de cordón umbilical y la criopreservación de las abundantes células troncales que se encuentran en la misma, representa una de las mayores revoluciones científico-sanitarias en cuanto a posibilidades de tratamiento se refiere. Hasta hace poco, la sangre de cordón umbilical y la placenta no tenían ningún interés médico y se desechaban después del nacimiento del recién nacido. Sin embargo hoy, la sangre de cordón umbilical se considera una fuente inapreciable de células troncales que son 100% compatibles biológicamente con el recién nacido y que pueden ayudar a salvar muchas vidas. Además, la recogida del cordón umbilical no supone ningún riesgo ni para la troncales ni para el bebé.  

2.  Uso de células troncales
El transplante de células troncales hematopoyéticas se ha utilizado para tratar enfermedades como la leucemia linfoblástica y mieloblástica, inmunodeficiencia primaria, anemia aplasica  y SCID, y enfermedades genéticas y metabólicas hereditarias como mucopolisacaridosis y leucodistrofías (1-4, 6-10).
Las células troncales hematopoyéticas pueden proceder de 1 ó 2 posibles donantes: del propio paciente en caso de transplante autólogo, o de otra persona, un donante alogénico que puede estar emparentado o no con el paciente (1-10). Debido a que las posibilidades de encontrar un donante compatible emparentado son bajas, variando entre el 25 al 30% (1-4), a menudo en transplantes alogénicos se utiliza un donante no emparentado
Hay cuatro fuentes posibles de células troncales hematopoyéticas que se pueden emplear para transplante: medula ósea, hígado fetal, sangre periférica y sangre de cordón umbilical. El transplante de células troncales hematopoyéticas procedentes de cordón umbilical se caracteriza por su facilidad de obtención sin ningún riesgo para el donante, permite realizar con éxito el transplante con sólo células troncales hematopoyéticas parcialmente compatibles, y es por tanto una alternativa viable al transplante de medula ósea. 
La idea de emplear las células troncales hematopoyéticas procedentes de cordón umbilical partió de Edward Boyse en 1983 (4). Boyse observó que el número de células progenitoras de granulocitos-macrófagos en la circulación del neonato permanecía mayor o igual al número de células encontrado en la medula ósea del adulto incluso varias horas después del nacimiento (13,14). Se demostró entonces en modelos murinos que la sangre del neonato contenía suficientes células troncales hematopoyéticas para la reconstitución de ratones adultos irradiados letalmente (15).
El primer transplante realizado con células troncales hematopoyéticas procedentes de cordón se realizó gracias a un donante emparentado para tratar un niño con anemia de Fanconi en 1988 (16). El primer transplante llevado a cabo con éxito gracias a un donante no emparentado tuvo lugar en 1993 (3). Desde entonces más de 8.000 pacientes en todo el mundo, fundamentalmente niños, han recibido transplantes de cordón umbilical de donantes emparentados o no, para tratar una amplia variedad de enfermedades hematológicas malignas y no malignas, inmunodeficiencias congénitas y tumores (3,17).
Es necesario destacar que a diferencia del transplante de medula ósea, donde el tiempo de espera medio para conseguir un donante es de 4 meses, en el transplante de cordón umbilical solo se necesitan 14 días para identificar un donante compatible (3).
La sangre de cordón puede obtenerse de dos maneras: se puede recoger del cordón umbilical mientras que la placenta permanece en el útero o se puede recoger de la placenta tras el parto por canulación de la vena umbilical después de que el cordón es clamplado y cortado. La sangre se recoge mediante aspiración con una jeringa o por la acción de la gravedad, siendo el volumen de la recolección de 30-150 ml. 
El producto, obtenido tras el correcto procesamiento de la sangre recogida, puede ser criopreservado en las 24-72 horas siguientes a la recolección.
Actualmente se sabe que la sangre de cordón contiene células troncales hematopoyéticas y células mesenquimales pluripotentes, las cuales pueden emplearse en el tratamiento de leucemias, hemoglobinopatías y alteraciones congénitas del metabolismo. El aislamiento más reciente de las células mesenquimales ha supuesto que se estén desarrollando programas de investigación dirigidos a su uso en el tratamiento de enfermedades regenerativas, fundamentalmente desordenes neurológicos (18). 
En el futuro la sangre de cordón puede ser una buena fuente de células troncales y constituir una alternativa frente a otros precursores hematopoyéticos. Ya existen estudios que sugieren la capacidad de que las células de cordón umbilical puedan dar lugar a otras líneas celulares incluyendo cartílago, células grasas, células hepáticas y cardíacas (19). Las investigaciones en este campo se encuentran todavía en su estado inicial de desarrollo y a pesar del elevado interés que despierta este campo (20), el papel terapéutico de estas células es todavía especulativo. 
En cuanto a las células troncales hematopoyéticas, el número que podemos encontrar en la sangre de cordón es menor de las que se pueden obtener de la médula ósea o de sangre perfiférica, pero tienen mayor capacidad de proliferación y de formación de colonias y responden mejor a los factores de crecimiento. También al tener menor compromiso inmunológico que las células de la médula ósea presentan menos complicaciones asociadas al transplante con dichas células (7). 
Está demostrado que las células troncales hematopoyéticas procedentes de cordón umbilical tienen características únicas, desde el punto de vista numérico y funcional,  que no se encuentran en las células de la médula ósea. La sangre de cordón umbilical es más rica en líneas celulares progenitoras primitivas y en células iniciadoras de cultivo a largo plazo, que las células de la médula ósea y que las de sangre periférica (4, 21-24).
Podemos decir que, comparándolas con las células de la medula ósea, las células de la sangre de cordón poseen un mayor potencial proliferativo y una mayor  capacidad de autorenovarse, lo cual parece ser debido a la mayor longitud de los telómeros detectados en estas células (26).
Desde el punto de vista funcional, las células humanas del cordón umbilical parecen injertarse mejor en ratones inmunodeficientes empleando para ello menor número de células que en el caso de las células de la médula ósea o de sangre periférica (2).  In vitro, las células troncales hematopoyéticas de cordón también responden a la presencia de citoquinas exógenas, aumentando la proliferación y su expansión, mucho mejor que las células de la médula ósea (2). Esto puede explicar por qué las células de cordón prenden a dosis celulares menores que las células de la medula, aunque tarden más en hacerlo. Debido a que el sistema inmune del neonato es funcionalmente inmaduro, se ha demostrado que los injertos de sangre de cordón tienen menor respuesta proliferativa de las células T inducida por antígenos y mitógenos (27,28) desarrollan posible tolerancia inducida (29,30)  y tienen una menor habilidad para producir una respuesta de las células T citotóxicas antígeno-específicas (31). El número y función de las células NK permanece intacto (1), pero la actividad lítica puede ser deficiente (32), lo que puede explicar el mantenimiento de la actividad injerto contra leucemia en los injertos de sangre de cordón.

3.  Distintos Tipos de Bancos
Actualmente podemos encontrar tres tipos de bancos donde se almacena la sangre de cordón umbilical:
1.- Bancos públicos: almacenan la sangre de cordón donada de forma altruista por los padres para ser empleada en transplantes o destinada a investigación. Algunos bancos públicos también almacenan un número limitado de muestras para transplantes autólogos o para uso intrafamiliar cuando dentro de la familia existe una enfermedad tratable mediante transplante de sangre de cordón (donación dirigida). 
2.- Bancos privados: almacenan la sangre de cordón únicamente para uso autólogo o intrafamiliar. En este caso una empresa se encarga de recoger, procesar y almacenar las muestras y las decisiones a tomar sobre el uso de dichas muestras corre exclusivamente a cargo de la familia.
3.- Bancos mixtos: recogen muestras donadas de forma altruista y también guardan muestras únicamente para uso autólogo o intrafamiliar.
Hasta el momento actual, el principal uso clínico de la sangre de cordón ha sido el tratamiento de enfermedades malignas hematológicas en niños. Una encuesta llevada a cabo por el Registro Internacional de Transplante de Médula Osea (IBMTR) ha establecido que desde 1998, una quinta parte de los transplantes de células troncales realizados en pacientes menores de 20 años se han llevado a cabo con células de sangre de cordón umbilical, la mayoría en casos de leucemia linfoblástica aguda y leucemia mieloblástica aguda (33).

4.  Beneficios y Límites 
Existen una serie de ventajas y de limitaciones a la hora de utilizar las células troncales hematopoyéticas procedentes de cordón frente a las de la medula ósea. En la tabla adjunta se resumen los principales factores.

Tabla 1.  Beneficios del transplante de cordón umbilical

Beneficios
  1.  Hay muchos donantes potenciales de sangre de cordón, con adecuada representación de todas las minorías y grupos étnicos. Actualmente hay una mayor frecuencia de halotipos HLA no caucasianos disponibles en comparación con los registros de médula ósea.
  2.  La sangre de cordón se recoge directamente de la placenta y el cordón tras el parto, sin riesgo para el donante y se almacena rápidamente.
  3. Las células troncales de cordón tienen mayor capacidad proliferativa que las de la médula ósea o de sangre periférica.
  4. Alta disponibilidad: las muestras están disponibles en unas 2 semanas tras la solicitud, resultando especialmente apropiado en casos de transplantes urgentes.
  5. Menor incidencia de transmisión viral: en concreto, de citomegalovirus y virus de Epstein-Barr.
  6. Más donantes potenciales: el transplante de cordón umbilical permite una falta de compatibilidad de tejidos mayor que la que se acepta para médula ósea o sangre periférica. El cordón umbilical ha demostrado prender incluso con 2 antígenos HLA no compatibles.
  7. La enfermedad de injerto contra huésped aguda y crónica es menos frecuente y menos grave que en transplante de médula ósea no emparentado.
  8. Ausencia de desgaste del donante: los donantes de médula ósea pueden cambiar de opinión con el tiempo o dejar de estar disponibles.


     Tabla 2.  Límites  del transplante de cordón umbilical
 

Límites

  1. Se requiere una dosis celular mínima de 1,5-2,0 X 107 células/kg peso corporal para poder realizar el transplante, siendo la cantidad 3,0 X 107 células/kg la dosis más apropiada; si el transplante se realiza con un número insuficiente de células, el prendimiento es más lento, la reconstitución inmune es más pobre y aumenta el fracaso del injerto, especialmente en pacientes adultos y jóvenes.
  2. La duración a largo plazo del injerto de cordón umbilical no esta todavía claramente establecida.
  3. La actividad del injerto contra leucemia es incierta.
  4. En el caso de enfermedad linfoproliferativa post-transplante existe riesgo de infección por el virus de Epstein-Barr.
  5. En el caso de recaídas, enfermedad linfoproliferativa post-transplante u otras complicaciones, que requieran otras unidades de transplante, en el caso del cordón umbilical no hay más que una única muestra disponible.

Son ya muy numerosos los artículos publicados en revistas científicas de alto impacto donde se puede comprobar la eficacia del transplante de cordón umbilical en distintas patologías y a partir tanto de donantes emparentados como no emparentados en adultos y en niños.  (ver bibliografía)
Si bien los benefícios del transplante de cordón y su posible uso alternativo al transplante de medula ósea están demostrados, todavía quedan por resolver ciertas limitaciones en el uso de estos transplantes y es necesario realizar más estudios con el fin de mejorar sus posibles aplicaciones. En este sentido, se observa la necesidad de que tanto el médico como el personal sanitario y el propio paciente, se formen y estudien sobre las verdaderas opciones disponibles y las limitaciones actualmente asociadas al transplante de cordón umbilical.

Bibliografía

 

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López Barahona, Mónica, SANGRE DE CORDÓN UMBILICAL, en García, José Juan (director): Enciclopedia de Bioética.

Última modificación: Monday, 6 de July de 2020, 13:37